CRÍTICAS

1992.- EXPOSICIONES: "Orígenes".- Galería 37.- Madrid (España) y en el Museo de Arte Moderno.- Santo Domingo (Republica Dominicana).

LUIS GONZALEZ- ROBLES.- Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte.

La Republica Dominicana es hoy uno de los países iberoamericanos que ofrecen quizá el más homogéneo conjunto de artistas plásticos de muy personal e interesante expresión, que les une el denominador común del buen hacer y buen decir plásticamente. Mi continuada atención al proceso artístico contemporáneo de aquel Continente desde hace cerca de cuarenta años me afirma en esta opinión.

Hoy tengo la oportunidad de hacer en alta voz consideraciones sobre la reciente obra de MANUEL MONTILLA (Gran Premio de la Bienal en Santo Domingo en 1990) que es un buen ejemplo de esta juventud creadora americana.

Para la consecución de su obra MONTILLA se plantea como premisa la reconstrucción de lo objetivo, por oposición en su concepción a la degradación lumínica impuesta por el Impresionismo, y al rigor patético de cuanto conlleva el Expresionismo. Dos tendencias constantes en su ya dilatada obra, que expresara en una contención grave y singular en su lenguaje plástico, para abocar a un realismo mágico que es lo que proyecta en su etapa reciente.

MONTILLA plantea su mundo cósmico en unos espacios de fascinante intensidad que provocan una atmosfera ideal para la valoración intuitiva de las formas de sus imaginados objetos, que nos lleva mas allá del simbolismo, acercándonos a imágenes en las que la realidad interior y la realidad exterior son una misma cosa.

Estos fragmentos dispersos que dominan el amplio esquema de su obra, reconstruyen todo un mundo sub-real que nos hacen evocar ciertos ejemplos del realismo español del siglo XVII, a los que MONTILLA ha añadido naturalmente elementos temáticos con personales ángulos de visión muy característica de nuestro tiempo.

Madrid, Abril 1992

PERIODICO ABC de las artes (Madrid-España)

5 de junio de 1992

Manuel Montilla

Entre el impresionismo y el expresionismo discurren las obras de Manuel Montilla( La Romana, Republica Dominicana,1948); un proceso artístico singular de uno de los mas destacados representantes del arte contemporáneo dominicano. La luz y el espacio son puntos de referencia en su lenguaje plástico: en torno a ellos gravitan cuerpos cilíndricos, ovalados, redondos o triangulares, cargados de ese realismo mágico que hace las obras de Montilla trabajos en los que respira una atmosfera ideal.

Los objetos, cuerpos interna y externamente similares, flotan, quedan suspendido en un espacio atemporal, como "Mujer meditando" o "Mujer mirando a su alrededor", Los colores fuertes (azules, rojos, verdes) dominan los fondos de sus composiciones.

NEWSPAPER ABCs of arts (Madrid- Spain )

June 5, 1992

Manuel Montilla

Between Impressionism and Expressionism run the works of Manuel Montilla (La Romana , Dominican Republic, 1948 ), a unique artistic process of one of the most prominent representatives of contemporary Dominican art . Light and space are points of reference in his artistic language : they gravitate around cylindrical bodies , oval, round or triangular , full of magic realism that makes Montilla works jobs that breathes an ideal atmosphere .

Objects , internal and external bodies like float , remain suspended in a timeless space , as " Woman meditating " or "Woman looking around ," Strong colors ( blue , red, green ) dominate his compositions funds .

JOSE GOMEZ-SICRE.- Jefe de la Unidad de Artes Visuales de la O.E.A. y crítico de arte.

1975.- "Dibujos por Manuel Montilla".- Organization of American States (O.E.A.) Washington (U.S.).

Entre los más prometedores de los jóvenes artistas que han aparecido en los últimos años en la República Dominicana es Manuel Montilla. Montilla ha participado en exposiciones colectivas en su país natal desde 1971 y fue galardonado con varios premios importantes, siendo aún estudiante, pero primero atrajo la atención del público cuando recibió el primer premio de dibujo en la XIII Bienal de Santo Domingo de Artes Plásticas del año pasado.

Nacido en 1948 en La Romana, Montilla asistió a la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde tuvo una formación intensiva en el dibujo. Se ha desarrollado una técnica muy personal y de expresión, usando suaves golpes, plumas y líneas sutiles para representar las formas biológicas, tales como los órganos internos del cuerpo o pólipos que tienen una calidad similar a la gelatina, casi transparente.

Su obra está representada en la colección del Palacio Nacional de Bellas Artes, así como en varias colecciones privadas en la República Dominicana.

Esta es su primera exposición individual.

CARLOS BAONZA.- Ilustrador, pintor, grabador y escultor español.

1983.- " Manuel Montilla - Dibujos y Grabados".- Galería Estudio de Dimitri Papapgueorguiou.- Madrid (España).

MANUEL MONTILLA traduce su expresión en el juego estético de las formas cuidadosamente bordadas y tejidas hilo a hilo. En el universo de los volúmenes perfilados con suavidad, en donde se superponen y combinan desde diversas perspectivas y luz, las redondeces: las huellas de rostros y miembros perdidos e inacabados, caprichosamente moldeados, que se recomponen buscando el equilibrio. Su obra es un mosaico que pieza a pieza se entrelaza recreándose en la plasticidad de lo sensual, tal vez en los restos jugosamente rescatados de civilizaciones pasadas.

MANUEL LOPEZ-VILLASEÑOR.- Catedrático de Pintura Mural en la Facultad de Bellas Artes (San Fernando) Universidad Complutense - Madrid (España) y Artista Plástico.

1983.- "Lamento Antillano".- Galería de Arte Moderno.- Santo Domingo.-(República Dominicana).

El enjuiciar la obra de Manuel Montilla, es para mi tarea difícil. El conocerle tan bien como yo la conozco a través de su evolución, hace que caiga en un lógico apasionamiento, bien merecido por otra parte. A través del contacto con el aula durante más de tres años, es donde uno puede medir con más amplitud el esfuerzo realizado día a día, la insatisfacción de la perfección inalcanzable.

La constante más generalizada en la obra de Manuel Montilla, es su sentido absoluto de lo monumental. Sentido de lo monumental que lo mismo se encuentra en un gran muro que en cualquiera de sus grabados o dibujos. El tamaño es independiente de su monumentalidad, que es una constante en la obra múltiple de Montilla.

Las realizaciones de Montilla, piden a la Arquitectura una correspondencia a sus ideas.

La grandiosidad de sus composiciones, están exentas de esa grandilocuencia que tan frecuentemente encontramos en toda obra que pretende ser mural. Muy lejos del énfasis anecdótico en que caen con frecuencia muchos pintores americanos.

Los planteamientos son nada más y nada menos que esplendidas soluciones espaciales y formales, cargadas de un extraño misterio, donde el profundo sentido del color los hacen tan atrayentes. El dramático concepto del color, constante en una época muy reciente, está siendo reemplazado por una entonación luminosa, sin por ello perder nada de aquel misterio que emanaba de aquellos anteriores tonos saturados, de una audacia verdaderamente sorprendente.

El misterio en sus últimas obras, se desvela, descubriéndonos un mundo igualmente apasionante.

Tanto en la obra monumental, como en sus grabados y dibujos, los grandes espacios que antes nos fascinaban unas veces con su abismal negrura y otras con saturados tonos, han sido enriquecidos con aportaciones formales de una innegable riqueza expresiva.

Demos la bienvenida a un pintor que está en la lucha cada día. Esto es siempre gratificante.

CANDIDO GERON.- Historiador del Arte Dominicano y escritor.

1983.-"Dibujos y Grabados de Manuel Montilla".-Altos de Chavón. (La Romana.-Rep. Dominicana).

La actividad creadora de Manuel Montilla, constituye un torrente de luz y realizaciones, porque su obra pictórica trasciende más allá de las fronteras imaginativas.

En la mayoría de los dibujos, además de la ardiente y enérgica fuerza centrípeta que simbolizan, representan una variedad y una característica perdurable. Una vibratilidad profunda, sonora, intensa, limpia, sincera, llena de gracia, de luz, de testimonio.

Hay en los dibujos,un amasijo laborioso de pulsaciones egocéntricas, de acertijos y leyendas, de helénicas mitologías que acercan al hombre con la historia, con su destino, porque en los espacios cerebrales de Manuel Montilla siempre ha estado martillándole rudamente, la idea de plasmar una América más libre y autentica, más mística y universal.

Por tanto, la obra artística de Manuel Montilla es un buscar y encontrar las raíces autóctonas de nuestra identidad, para hacer de ellas, una realidad histórica e ideológica incuestionable.

Podría decirse entonces, que Manuel Montilla es un sembrador de expresiones sinceras y de esperanzas, Porque en él, además de la voluntad artística, hay también un ideal puro, sano y una conciencia que lo define y lo caracteriza.

En ella, percibimos la angustia aterradora del artista de no poder realizar su ideal supremo plenamente, desembocando, en un grito desesperado e impotente. Pero aun así, el creador en su espíritu e interpretación del valor de la vida, no desmaya en su propósito.

La obra pictórica de Manuel Montilla es ambiciosa, plena, sustancial, amplia, alegórica, de interpretación figurativa y de incalculable valor artístico, ético y técnico.

La creación artística de Manuel Montilla se muestra impaciente, sugestiva, unificadora, discursiva, objetiva y psicológica, porque los elementos que participan en ella, se someten a una relación lógica y porque hay una correspondencia entre los procesos sociales y circunstanciales.

En ella, siempre estará presente, el desarrollo de las posibilidades, la comunicación entre los sujetos sociales y las leyes que rigen el comportamiento humano.

La vinculación del ser con el universo se manifiesta a través de los fenómenos objetivos y subjetivos, creando una percepción extrasensorial, rebosando las posibilidades normales y los estadios de las comparaciones.

La obra plástica de Manuel Montilla se realiza entonces, en el marco de la concepción científica, porque hay una lucha dramática, inconsciente, contemplativa y emocional, que nos transporte a espacios siderales, y porque nos ofrece una humana comprensión de nuestro contorno histórico, socio ideológico, cultural, filosófico y metafísico.

La importancia, por tanto, de la obra de Manuel Montilla, es, que además de revelarnos una realidad de la identidad y de la lucha de los pueblos latinoamericanos por su liberación, nos ofrece también, una experiencia saturada de verdades existenciales.

En ese sentido, lucha, voluntad, propósito, incertidumbre, felicidad, sentimiento y desgarramiento, son elementos que transitan en el misterio y la integridad de su obra, para comunicarnos lo que se siente más allá de la carne y el dolor, y para expresarnos una solidaridad.

Entonces, no hay duda, de que la materia y el espíritu en la obra de Manuel Montilla constituyen una comunión onírica y sagrada, una aspiración social y cultura, porque (Montilla) hunde su pensamiento en la profundidad de los signos y siembra los laberintos de expresiones vivas y sentimentales.

La obra artística de Manuel Montilla se nos presenta interesante y coherente, por lo fluido y elegante del estilo en que está tratada. Por los matices singulares y la iconografía que explora la avidez más sorprendente e impresionante de su código de actitudes valorativas.

Su fisonomía, su predominio cromático, sus caracteres expresionistas, su matización rítmica, su refinamiento y su dinámico contenido mágico, explican el rigor, el valor artístico, los factores conceptuales y textuales. Así como también, sus reflejos, su lenguaje sintomático, sus contradicciones, su variedad temática, sus tejidos conjuntivos y su equilibrio rico en sugestión y tratamiento.

La obra pictórica de Montilla representa una suma de experiencias, porque hay una conexión total de la práctica existencial y los valores estéticos. Un proceso dinámico en el que el sujeto creador o el receptor se identifican con el mundo, "con la vida real y vivida".

En resumen, la obra plástica de Manuel Montilla constituye una multiplicidad de elementos concretos y espontáneos; una objetizacion inconfundible y una manifestación sensible, plena, hermosa y admirable.

JEANNETTE MILLER.- Poeta, narradora, ensayista, educadora, historiadora y Crítica de Arte.

1986.- "Los Dibujos de Manuel Montilla".- La Galería.- Santo Domingo (R. Dominicana).

Hace poco, en septiembre de 1985, pudimos ver la última muestra individual de Manuel Montilla, pinturas todas ellas que nos presentaban a un artista antillano, en manejo de sus referentes culturales y de las técnicas de que se servía.

Acrílicos sobre tela, en aquella ocasión los fondos verdes, morados y azules utilizados por el pintor, servían de base al desplazamiento de figuras transformables, que comenzaban siendo una cosa y se convertían en otra, por lo que cualquier tipo de clasificación de su obra demandaba una referencia al surrealismo.

Ahora, Manuel Montilla cuelga en La Galería alrededor de 50 dibujos; muchos de gran formato; otros casi miniaturas, donde un reforzamiento del lenguaje desarrollado se aprecia. Pero en esta ocasión un elemento sale a relucir, y es ese uso increíble de las plumillas que podemos valorar en aquellos, donde el fondo blanco del papel permite que apreciemos las filigranas que, con la tinta y los diversos puntos, logra Manuel Montilla. En algunos casos el trabajo es tan imperceptible que más bien actúa como un valor ligeramente gris.

Sus figuras son las mismas de siempre, y nos referimos a aquellos años en que se inicio en el panorama nacional con un Primer Premio de Dibujo en la XII Bienal de 1974. Los mismos perfiles de bocas y narices gruesas que conforman las características del mulato, esos pies al revés o al derecho, donde cada uña es un emblema, un blasón, sillas de montura campestre que son trabajadas como hojas, como troncos, hasta como pelotas de rugby; senos que se convierten en ojos; infinidad de insectos; de pájaros y animales telúricos que pueblan los días y las noches del trópico de Montilla, ese en el que no faltan las chichiguas y los diablos cojuelos, los tambores, los güiros y las tumbadoras, en la proposición de una realidad visual y musical inherente a todo isleño.

Porque el mundo de Manuel Montilla es un mundo lleno de bellas asociaciones de casi niño, de valoración de los referentes de su ambiente, metamorfoseado y enriquecido por esa experiencia que aporta el vivir fuera. Porque esa obra de Montilla poblada de tejidos celulares y de miembros humanos, de caracoles, plantas y planetas apenas sugeridos, conlleva una visión marina de la isla, una isla que es cuerpo central anudado como motivo nuclearte, pero que también se derrama a flotar por un océano que es espacio indescifrable.

Dominicano, surrealista, virtuoso del dibujo como ya lo pregonaron sus primeras conquistas, las pinturas y dibujos de Manuel Montilla forman todo un cuerpo de correspondencias que nos permite hablar de una obra coherente y madura.

Su manejo de las volumetrías y de las calidades de espacio, le dan permiso para poner sus figuras en equilibrio de forma absurda y sorpresiva, siempre desplegando ese juego de múltiples diseños con los que llena sus universos vistiendo sus figuras con pieles diferentes. Arcos en tensión, flechas, hilos que son rabos o colas, anillamientos de serpientes, durezas y suavidades, se detectan en estos excelentes dibujos de Montilla, tan importantes como sus pinturas y naturalmente, generadores de valores diferentes,

Porque después de las divagaciones y de los tanteos necesarios, después del aprendizaje perfeccionista y obsesivo de los inicios, los resultados que nos presenta este artista, hace pocos años muy joven, corresponden al mejor nivel de nuestra plástica actual.

MARIANNE DE TOLENTINO.- Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte y escritora.

1988.- "Manuel Montilla".- Voluntariado de las Casas Reales .-Santo Domingo (República Dominicana).

Manuel Montilla, el hecho seguro es la calidad de su pintura y su evolución. Si queremos ofrecer un ejemplo de coherencia y unidad en una trayectoria pictórica, citaremos sin vacilar el nombre de Manuel Montilla. Desde las primeras obras "profesionales". Estaba presente el elemento orgánico, con la consecuente fragmentación de la anatomía humana. También pintura y dibujo resaltan por una ejecución minuciosa, que conformaba la estructura principal mediante incontables signos. Ambas características, la organicidad y la minuciosidad, se han conservado, dentro de una lenta metamorfosis y una progresión que identifican igualmente una personalidad pictórica.

Los cambios sigilosos conciernen a los fondos, o si preferimos al espacio en general y a los motivos. Poco a poco Manuel Montilla, al mismo tiempo, estuvo desarrollando su paleta como lenguaje, no complementario, sino fundamental para que la parte dibujistica alcanzase su plena resonancia. Los fondos están ahora saturados de color, lisos o enriquecidos en texturizaciones sutiles, dotados de una luminosidad sorda que ha ido apareciendo. La gama cromática varía con gran fineza, instrumentada por tonalidades tan delicadas como profundas. Seducen especialmente las mezclas y modulaciones que culminan en un violeta oscuro, un verde gris, un rojizo terracota, curiosamente colores de óxidos y minerales. Amerita observarse como la pintura de Manuel Montilla, tan cósmica en varios aspectos, se acerca a las sustancias de la tierra en el colorido...

Efectivamente, a través de sus lienzos y los motivos que los pueblan, Manuel Montillas pertenece a la era del espacio. Pero esa exploración espacial, fantasía creadora y de temas actuales, de sus raíces culturales de origen, sus vivencias íntimas y el medio "post-industrial" que lo rodea en el ámbito europeo. Las figuras fantásticas, imaginarias siempre, funden alusiones antropo y zoomórficas en artefactos del futuro: naves, módulos, satélites. Héroes de ciencia-ficción todavía, que se convierten en insectos erizados de puntas o en criaturas femeninas "pluricornias". Tal vez sean así las Barbarelas del 2050, dueñas de un erotismo tecnológico.

"La aplicación y la clasificación de una etiqueta están en relación con un sistema, y los sistemas de representación y descripción son innumerables", afirma el filosofo del arte, Nelson Goodman, quien insiste en la relatividad de las semejanzas y la multiplicidad de derivaciones existentes. Esos planteamientos nos hacen pensar en los mundos pictóricos de Manuel Montilla y la diversificación de sus formas de expresión.

Sus signos, sus entidades enigmáticas se perciben indudablemente en distintos planos, llegando a comunicar la ilusión de que, naciendo detrás de la tela, van a perforarla, y se apoderan -más o menos tridimensionales- de toda la superficie. Sin embargo, la "etiqueta", la identificación que les aplicaremos, dependerá mas de nuestro sistema de representación que de las intenciones reales del artista. La pintura presente de Manuel Montilla, expuesta en Casa de Bastidas, bajo los auspicios del Voluntariado de las Casas Reales, no admite formulaciones rígidas, siendo amplia, metamórfica e insólita. Aparte de sus propiedades pictóricas intrínsecas, es ciertamente otra especificidad esencial y fascinante.

DIOGENES CESPEDES.- Ensayista, Crítico Literario, Narrador y Poeta.

1989.- "Manuel Montilla".- Voluntariado de las Casas Reales .- Santo Domingo (República Dominicana).

Manuel Montilla, cree en este intercambio regular que es una mostración de cada etapa de su evolución pictórica que el devuelve a la sociedad en la cual se formo. Con esta actitud, que es un dar (a ver) comparte no solamente técnicas nuevas, sino que se vuelve más ser humano desprendiéndose de posiciones egoístas y de superioridades vanas con respecto a sus pares que no han podido instalarse en el extranjero ni tallarse una ciencia con paciencia.

La pintura de Montilla se compone básicamente de un espacio formal poblado de símbolos con valencias múltiples. Espacio en el cual aparece siempre un elemento, a lo sumo dos o tres, no más. Guarda relación ese espacio formal con lo real. Como elemento de enlace permite entrar en el código de obras.

Las significaciones lineales descaminan al espectador ingenuo que trata de identificar los objetos simbólicos con los artefactos del mundo actual. Pero se trata nada más de un vínculo, de una relación con la vida.

Todas sus telas en esta muestra obedecen a una rigurosa técnica: el trabajo de diferentes colores con el fin de lograr matices múltiples. Con tonalidades verdes hace vibrar el rojo (como en "Nacimiento de Yeray"), con tonalidades oscuras evoca el misterio, las penumbras o la simbolización de la muerte, haciendo aparentar que los objetos se pierden. Sin embargo, tienen un valor cromático ("Elementos que se relacionan entre sí I y II", "Dos gagas en equilibrio", y "Figura de baca con chichigua").

Algunos trabajos en amarillo ocre, cuya técnica está orientada a lograr una tranquilidad, obedecen a un propósito deliberado de aplicar la teorías de la composición y el color para que todos los elementos del cuadro estén en equilibrio ("Mujer esperando", y "Elementos que flotan en el espacio").

Con esta técnica, ilustrada sucintamente con estos tres procedimientos diferentes, el sistema de la pintura de Montilla saca hacia afuera las contradicciones del ser humano. Es un mundo de objetos simbólicos diseminados en toda la superficie. El espacio está poblado totalmente. Antes, ese mundo se quedaba en el interior de la figura que simbolizaba el cuerpo. La introspección y el esfuerzo mental convidaban al espectador a adivinar. Ahora él puede atribuirle una o varias significaciones a esa pluralidad de figuras que salen del adentro y se dirigen, desde la cavidad humana, hacia la vida. La cual está afuera, como todo campo de Agramante

JAVIER RUBIO NOMBLOT.- El Punto de las Artes - Madrid - 29 de mayo al 4 junio de 1992.

1992.- "Orígenes".- Galería 37.- Madrid (España) y en el Museo de Arte Moderno.- Santo Domingo (República Dominicana).

A primera vista sugiere la obra de Manuel Montilla (La Romana, Republica Dominicana, 1948) un universo decididamente surrealista, o incluso una evolución del realismo magicista de un Joan Ponç. Pero este mundo, el de Montilla, es mucho más obsesivo, más terrible, parece el resultado de una investigación más moderna sobre la morfología de la pesadilla, cuando no de la locura. En su prólogo Luis González Robles (buen conocedor de la plástica dominicana contemporánea) que Montilla "se plantea como premisa la reconstrucción de lo objetivo, por oposición a la degradación lumínica impuesta por el impresionismo y el rigor patético de cuanto conlleva el expresionismo". La serie más extensa <Fragmentación de un Gaga> sugiere en efecto una labor de descomposición -recomposición, pero se trata de una reconstrucción aparentemente imposible, como si aquello que ha sido despiezado jamás pudiera volver a adoptar una forma lógica (nos recuerda la infantil frustración ante un juguete desarmado). El orden, en los cuadros de Manuel Montilla, no es más que un medio para acentuar la complejidad del problema. La atmosfera en la que gravitan estos "Gagas" es siempre opaca, equivoca: uñas y cables emergen de ella, la cosen, la solidifican desmintiendo la impresión de profundidad que provocan otras zonas. Pero es en la forma misma de los "objetos" donde radica la magia de esta pintura. Las "formas blandas" de Dalí y las de la pintura hecha por esquizofrénicos ha mostrado que existe una morfología de lo antinatural que niega el desarrollo, siempre armonioso y lógico, de todo lo creado, Manuel Montilla nos sitúa ante cosas que no existen porque su estructura geométrica no se corresponde con la de las cosas que nos rodean. Las líneas se quiebran de improviso, las formas se cierran sobre sí mismas y los volúmenes se contradicen unos a otros sin perder por ello su inquietante realismo.

ABIL PERALTA AGÜERO.- Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte, curador, investigador y asesor cultural.

2014.- "Encuentro con la vida".- Centro Mirador.- Santo Domingo (República Dominicana).

Manuel Montilla es un artista al que, el más riguroso plantel de la crítica y la historia del arte y académicos, tanto del país como de España le reconocen una sobria y racional capacidad y dominio de la técnica para la expresión y representación de sus procesos de creación, que en la totalidad de su obra correspondiente a sus momentos de mayor madurez adquiere la categoría de arte creado, diseñado y producido bajo los más altos estándares de perfección técnica, en términos de lo estrictamente plástico y estético.

Su presencia de estudios y residencia durante más de tres décadas en España, le han permitido profundizar en un entramado creativo que ha hecho de los estadios psicológicos de su proceso creador un punto de fijación, atención y reflexión sobre las significaciones más potenciadas de su cultura de origen, de su raíz, de las poderosas fuerzas identitarias que nutren el canon de su memoria visual; de la sustancias más vivas y luminosas del antillanismo, la caribeñidad, y sobre todo, de la identidad cultural y ancestral que definen la dominicanidad.

Una obra tan notablemente distanciada del común de la trivialidad/transitoriedad de los lenguajes y productos estéticos propuestos como oferta y trampa de innovación en las mesas del espectáculo de las artes visuales de nuestro tiempo, por lo que el autor dominicano nos hace saber en voz alta que su arte no es un experimento ni un acto estético fundado en la transicionalidad; porque sus dibujos y pinturas están pensados, diseñados y armados para convivir con el ser humano de esta civilización hasta cumplir con su ciclo histórico-dialectico de convertirse en objetos de conservación antropológica, arqueológica, histórica y patrimonial, porque es una obra estética y artísticamente pensada, no como un juego banal de pobre expresión sino como una acción alquímica y acto mental-emocional de un ser humano de este tiempo que apuesta y trabajado seriamente para que su arte, presencia y convivencia perpetua sean parte de la memoria visual de la humanidad.

La obra de Manuel Montilla por la extraordinaria calidad de su estructura factural, resolución técnica y racionalidad intelectual se posiciona como entre los discursos pictóricos y dibujisticos de mayor nivel de innovación en la codica de la representacionalidad, partiendo desde los propuestos estéticos, históricos, filosóficos, ideológicos y artísticos de El Surrealismo del siglo XX, extendido a las manifestaciones aún vigentes del surrealismo del siglo XXI.

Su arte nos llega a nosotros como la resonancia sensible de un auténtico epígono del más alto estamento de El Surrealismo internacional, en su particular caso, asociado a lo Real Maravilloso, una variante nocional tan febril y racionalmente definida por el fundador de El Surrealismo, el poeta y artista francés André Bretón; sin embargo, no tendría fundamento científico esta hipótesis mía, sino reconozco su vínculo referencia con la compleja magicidad del repertorio iconográfico que nos dictara Jeroen van Aeken, llamado Hieroymus Bosch, históricamente conocido como "El Bosco" (1450-1510), quien desde su plataforma fantástico-teológica-doctrinal contra el pecado sentara en el interregno de los siglos XV-XVI las primera rutas de lo que habría de ser, siglos después, el revolucionario concepto filosófico y estético que represento El Surrealismo.

Estamos ante el arsenal simbólico de un vidente, de un hombre de taller, un guerrero de disciplina templaria que ha traducido las cuentas del rosario de su imaginación a un acto de seducción litúrgica para la conquista de la mirada de almas y espíritus en estado de vigilia por el arte, poniendo especial énfasis temático en los universos de su cultura de origen, en la imagen, figura y emociones de la mujer y su correlato como eje emocional de la familia; en la enigmicidad del amor y los estados de las relaciones interpersonales entre hombre y mujer; y en el ser humano como totalidad teológica y filosófica; en y la inmanencia de la fenomenología que nos vincula con los estadios de la vida y de la muerte, incluyéndose él mismo como sujeto referencial de su propia obra, en su condición de artista creador y actor en sus propias escenas, todo ello a partir de los sucesivos estados críticos de salud y experienciales que le ha tocado vivir y sufrir en los últimos años, incluyendo estados catastróficos que han provocado su ingreso al quirófano para cirugías invasivas urgentes que han conmocionado sus estados mentales y emocionales, tanto en él, como en su familia, aunque siempre, bajo la resultante de un notable fortalecimiento de su visión y reflexión sobre la verdadera trascendencia de la vida y la muerte.

Valorando que Montilla no ha necesitado impregnar su obra de estados teúrgicos/convertir su arte en elementos sagrados y devocionales, para hacerse sentir en la historia del arte nacional e internacional porque los patrones, sujetos, elementos y atmosfera espacial de sus escenas pictoriales y dibujisticas se sacralizan en sí mismos, desde el momento que él revela en sus telas o papel dones de vida propia en el ritmo y movimiento que poseen, un estadio amparado por el complejísimo misterio de la belleza y paz interior que proyectan y poseen, y desde donde el autor captura y muestra la trascendencia del ser, lo que perceptualmente vemos y sentimos en la configuración y delineación de las formas cerradas y abiertas que proyectan desde la materialidad de su masa ,forma, equilibrio y color la naturaleza integral de su arte, cada uno de los ciudadanos que nacen y no mueren jamás en la república visiva de sus pinturas y dibujos.

DELIA BLANCO- Critica internacional de arte y literatura, antropologa
d.deliablanco[@]hoy.com.do 23 julio, 2016 -
MANUEL MONTILLA EN SU MAGIA VISUAL

Manuel Montilla pertenece a la sólida generación del 70, forjada por una Escuela Nacional de Bellas Artes en la que la enseñanza se recibía con el empuje de profesores y maestros que obligaban al estudiante a investigar y a sacar su mejor formación y duende.
Dibujante ante todo, la línea y la forma geométrica del maestro Montilla es un enjambre de múltiples códigos y señales que hacen fondo silencioso y prudente, ocultado por el pintor para que el vidente de su obra penetre en lo más profundo de la materia pictórica. Si el centro o el primer plano de su cuadro enfoca un cuerpo zoomórfico evocando un manatí, o una cabra en gestación, esa misma masa puede transfigurarse en una mujer opulenta y danzante errante en las fiestas nocturnas de los cañaverales, porque el pie o la pesuña que marca una presencia bestial o humana permite evadirse de todas las periferias de la forma en un ritual en el que el ser humano y el ser animal se confunden en una misma celebración de magia y de vida, que puede ser el espacio antropológico de los ingenios de las ciudades de La Romana y de San Pedro de Macorís. Una armonía celestial nocturna se compone con todos los fetiches y amuletos que salpican internamente la pintura para hacer un equilibrio entre el discurso técnico y el discurso poético.
Manuel Montilla trabaja con acrílico para darle una consistencia de capas a sus obras que generan un efecto de los óleos más clásicos del Renacimiento. La obra pictórica de este artista tiene la precisión, el detalle y la minuciosidad de los alquimistas. Como la Reina del panal, el pintor es un constructor, un armador de un sistema visual en comunicación y movimiento permanente entre el fondo y el primer plano.
Los detalles contenidos en lo más profundo de las capas de pintura son las puntuaciones de la representación central, un collar, un amuleto, una cruz, un higüero, un palo de mando, una cinta perdida, fundidos en la materia le ofrecen a sus masas danzantes y flotantes la ritualidad del carnaval, del Gagá, de la Fiesta de Palos, y de las ofrendas del altar mayor. Esta primera impresión nos confirma una vez más los matices, las alegorías y las convergencias visuales entre el sincretismo visual de la mágico-religiosidad caribeña y el surrealismo occidental. El conjunto de la obra de Montilla se mueve y se expresa en ese límite abierto y fusional. Este artista pertenece a un grupo de la generación del 70 que emigró a Europa, con una madurez visual muy confirmada. Montilla se fue con su trópico y regresó varias veces a la isla con sus colores y sus luces, enriquecido de sus nuevas vivencias visuales en Madrid, donde llegó y ha vivido por unos 30 años, adquiriendo un gran dominio de su técnica y de sus investigaciones en la Academia de San Fernando. Allí practicó, experimentó y encontró toda la ciencia de su tratamiento, de la base de su obra y el lenguaje de sus contrastes y luces.
La exposición de un cuadro de Montilla tiene que manejarse con el discurso de la luz natural. De ese contacto se expresa su lenguaje visual que parte de la sombra y se aclara paulatinamente hasta encontrar el sol. Un fondo verde, azul o rojo movido en diferentes cambios de luz puede evidenciar un símbolo y un código mantenido secreto en la oscuridad.
Estamos frente a una situación visual bastante perturbadora, que nos pone a pensar en la noche muy cerrada que contiene en la oscuridad los elementos vivenciales del día. Así funciona la obra de Montilla, invita a sacar de lo oscuro todos los detalles del cuadro evolucionando y evidenciándose a través del movimiento del sol. Montilla plantea en su ejecutoria plástica la interpretación de la imagen con un lenguaje figurado en la realidad, y lo interpretado logrado por la libertad del imaginario cuando la visión se hace semántica discursiva de lo que se ve y de lo que se siente, porque ver es también sentir y pensar, porque el color causa un efecto, una dinámica y una energía, y es ahí donde se comunican los dos imaginarios, el del artista y el del público, desatando un trasfondo de lecturas posibles y múltiples de una misma obra, provocando asombros, curiosidades y referentes compartidos o individuales.
La obra de Montilla, se fecundó y se fortaleció en la partida de su país de origen hacia nuevos horizontes, nuevas luces y sombras. Si en España desarrolló nuevas investigaciones pictóricas, con una seria práctica y trabajo continuo desde el taller, no es menos cierto que llevó de su tierra tropical a través del recuerdo, del sueño, de la nostalgia y de la separación toda la esencia poética de su trópico escondido en el fondo de sus telas.
La factura de este pintor postmoderno es surrealista, pero con una intensa expresión de la trascendencia de la realidad sobre el sentimiento y las emociones.

Esta obra pictórica nos lleva a pensar en tantos conceptos que se manejan en una simbiosis de lenguajes, que a su vez se filtran sin límites de definiciones. Frente a la obra de este gran artista, nos sentimos invitados a analizar su discurso con la sabiduría literaria de una obra de Alejo Carpentier, donde por encima de la realidad humana e histórica del Caribe, el escritor nos ofrece todas sus virtudes imaginarias en el arte de escribir para llevarnos a salir de la realidad y penetrar la visión barroca, sincrética y maravillosa de su mundo y, a través de este, engendrar el nuestro....Es como salir de la realidad social e histórica para entrar en el desenlace de la belleza, de la estética que hace arte, es decir, del duende compartido. Es ahí donde entramos en lo más profundo de su musa surrealista, así como en Magritte y en "su manzana", que ya no era la manzana ofrecida al espacio real de su vista, como tampoco la pipa.

Las obras de Montilla, cuyos títulos nos evocan espacios culturales dominicanos, transforman esa realidad social en alegorías de códigos y símbolos, pero también señales que se convierten en formas, colores, líneas y masas que nos inducen a reencontrar el origen en la realidad o en el sueño.
La exposición antológica que presentará en la Galería del Palacio Nacional de Bellas Artes, abriendo en el mes de agosto, es una invitación única para volver a la fuerza alegórica y semántica de los maestros de la generación de los años 70, donde él ocupa un espacio excepcional.

Esta exhibición confirma toda una carrera de arte, investigación y trabajo, y ofrece al público y a los coleccionistas pensar el entorno existencial con el duende de un imaginario envuelto en la libertad de lecturas visuales que ofrece el juego de la mirada mágica y surrealista, una mirada suelta y libre, como un canto poético al universo.

1992. - EXHIBITIONS: "Origins." - Gallery 37. - Madrid (Spain) and the Museum of Modern Art. - Santo Domingo (Dominican Republic).

LUIS GONZALEZ-ROBLES. - Member of the International Association of Art Critics

The Dominican Republic is now one of the Latin American countries that offer perhaps the most homogeneous group of artists from very personal and interesting expression, which are united by the common denominator of good work and good saying plastically. My continued attention to contemporary artistic process that continent for nearly forty years I stated in this review.

Today I have the opportunity to loudly considerations MONTILLA MANUEL recent work (Grand Prix of the Biennale in Santo Domingo in 1990) which is a good example of American creative youth.

To achieve his work as a premise arises MONTILLA reconstruction of the objective, as opposed in concept to light degradation imposed by Impressionism, and the rigor involved pathetic as Expressionism. Two consistent trends in their already extensive work, to express a serious contention and unique in its artistic language, in order to arrive to a magical realism that is what is projected in its recent phase.

MONTILLA raises his cosmic world of fascinating intensity spaces causing an atmosphere ideal for intuitive assessment of the forms of his imagined objects, which takes us beyond the symbolism, approaching images in which inner reality and external reality are the same thing.

These scattered fragments dominate the broad outline of his work, rebuild an entire sub-real world that make us recall some examples of seventeenth-century Spanish realism, which naturally added MONTILLA thematic elements personal viewing angles characteristic of our time. Madrid, April 1992.

JOSE GOMEZ-SICRE. - Art Critic, Researcher and writer:

1975.- "Drawings by Manuel Montilla." - Organization of American States (O.E.A.) Washington (U.S.).

Among the most promising young artists who have appeared in recent years in the Dominican Republic is Manuel Montilla. Montilla has participated in group exhibitions in his native country since 1971 and was awarded several major awards, while still a student, but first attracted public attention when he received the first prize in drawing at the XIII Bienal de Santo Domingo year Visual Arts past.

Born in 1948 in La Romana, Montilla attended the National School of Fine Arts, where he had intensive training in drawing. It has developed a very personal technique and expression, using gentle strokes, feathers and subtle lines to represent biological forms, such as internal organs or polyps that have a jelly-like quality, almost transparent.

His work is represented in the collection of the National Palace of Fine Arts as well as in several private collections in the Dominican Republic.

CARLOS Baonza. - Illustrator, painter, engraver and sculptor Spanish.

1983.- "Manuel Montilla-Drawings and Prints."-Dimitri Studio Gallery Papapgueorguiou.- Madrid (Spain).

Manuel Montilla translates its expression in the aesthetic play of the forms carefully embroidered and woven thread by thread. In the universe of gently contoured volumes, where they overlap and combine from different perspectives and light, curves. traces of faces and missing limbs and unfinished, whimsically shaped articles which are recomposed seeking balance. His work is a mosaic piece by piece intertwines plasticity reveling in the sensual, perhaps rescued remnants of past civilizations.

Republic).

MANUEL LOPEZ-VILLASEÑOR. - Mural Painting Professor at the Faculty of Fine Arts (San Fernando) Universidad Complutense - Madrid (Spain) and visual artist.

1983.- "Antillean sorry." - Gallery of Modern Art. - Santo Domingo. - (Dominican

The prosecuting the work of Manuel Montilla, is for me difficult. The know as well as I know her through her evolution makes me fall into a passion logical, well deserved otherwise. Through contact with the classroom for more than three years, is where one can measure more fully the daily effort, dissatisfaction of unattainable perfection.

The more generalized constant in the work of Manuel Montilla, is his absolute sense of the monumental. Monumental sense of what it is in itself a big wall than any of his prints and drawings. The size is independent of its monumentality, which is a constant multiple of Montilla worEmbodiments of Montilla, ask the Architecture correspondence to their ideas.

The grandeur of his compositions, are exempt from the bombast that is so often found in every work that claims to be mural. Very far from anecdotal emphasis on often falling many American painters.

The proposals are nothing more and nothing less than superb spatial and formal solutions, full of a strange mystery, where the deep sense of color make them so appealing. The dramatic color concept, constant very recently, is being replaced by a more luminous intonation, without losing any of that mystery emanating from those before saturated tones of startling boldness

GERON CANDIDO. - Art critic and art historian Dominican:

1983.- "Drawings and Prints by Manuel Montilla."- Altos de Chavon (La Romana.- Dominican Republic).

The creative activity of Manuel Montilla, constitutes a torrent of light and realizations, because his pictorial work transcends beyond the imaginative borders.

In most of the drawings, in addition to the fiery and energetic centripetal force they symbolize, they represent a variety and a lasting feature. A deep vibration, sonorous, intense, clean, sincere, full of grace, light, testimony.

There is in the drawings a laborious mix of egocentric pulsations, of riddles and legends, of Hellenic mythologies that bring man with history, with his destiny, because in the cerebral spaces of Manuel Montilla has always been hammering him rudely, the idea of ​​shaping A freer and more authentic America, more mystical and universal.

Therefore, the artistic work of Manuel Montilla is a search and find the native roots of our identity, to make them an unquestionable historical and ideological reality.

It could be said then that Manuel Montilla is a sower of sincere expressions and hopes, because in him, in addition to the artistic will, there is also a pure, healthy ideal and a conscience that defines and characterizes it.

In it, we perceive the artist's terrifying anguish of not being able to realize his supreme ideal fully, leading, in a desperate and impotent cry. But even so, the creator in his spirit and interpretation of the value of life, does not faint in its purpose.

Manuel Montilla's pictorial work is ambitious, full, substantial, broad, allegorical, of figurative interpretation and of incalculable artistic, ethical and technical value.

The artistic creation of Manuel Montilla is impatient, suggestive, unifying, discursive, objective and psychological, because the elements that participate in it, are subject to a logical relationship and because there is a correspondence between social and circumstantial processes.

In it, the development of possibilities, communication between social subjects and the laws that govern human behavior will always be present.

The plastic work of Manuel Montilla is then carried out, within the framework of the scientific conception, because there is a dramatic, unconscious, contemplative and emotional struggle that transports us to sidereal spaces, and because it offers us a human understanding of our historical, Ideological, cultural, philosophical and metaphysical.

The importance, therefore, of the work of Manuel Montilla is that, in addition to revealing a reality of the identity and struggle of the Latin American peoples for their liberation, it also offers us an experience saturated with existential truths.

In that sense, struggle, will, purpose, uncertainty, happiness, feeling and tearing are elements that transit the mystery and integrity of his work, to communicate what feels beyond the flesh and pain, and to express ourselves A solidarity.

There is no doubt, then, that matter and spirit in Manuel Montilla's work constitute a dreamlike and sacred communion, a social aspiration and culture, because (Montilla) he sinks his thought into the depth of signs and sows the labyrinths of Lively and sentimental expressions.

The artistic work of Manuel Montilla is interesting and coherent, because of the fluid and elegant style in which it is treated. For the unique nuances and iconography that explores the most surprising and impressive avidity of his code of values.

Its physiognomy, its chromatic predominance, its expressionist characters, its rhythmic nuance, its refinement and its dynamic magical content, explain rigor, artistic value, conceptual and textual factors. As well as its reflexes, its symptomatic language, its contradictions, its thematic variety, its connective tissues and its rich balance in suggestion and treatment.

The pictorial work of Montilla represents a sum of experiences, because there is a total connection of existential practice and aesthetic values. A dynamic process in which the creative subject or the recipient identifies with the world, "with real and lived life."

In summary, the plastic work of Manuel Montilla constitutes a multiplicity of concrete and spontaneous elements; An unmistakable objectification and a sensible, full, beautiful and admirable manifestation.

JEANNETTE MILLER. - Poet, writer, essayist, educator, historian and Art Criticism.

1986. -"The Drawings of Manuel Montilla." - The Gallery. - Santo Domingo (Dominican Republic).

Recently, in September 1985, we saw the last solo show Manuel Montilla, paints all we had an artist Antilles, in managing their cultural references and techniques that are served.

Acrylics on canvas, on this occasion the funds greens, purples and blues used by the painter, were the basis of the displacement of transformable figures, which were beginning to be one thing and turned into another, so that any classification of his work demanded a reference to surrealism.

Now, Manuel Montilla hanging in the gallery about 50 drawings, many large format, others almost miniatures, where a reinforcement of language developed is appreciate. But this time an item comes out, and it is incredible that use pens we can assess those where paper white background allows us to appreciate the watermarks that with the ink and the various points, achieved Manuel Montilla. In some cases the work is so imperceptible rather acts as a slightly gray.

His figures are the same as always, and we refer to those years that began on the national scene with a First Prize of Drawing at the XII Biennial 1974. The same profiles mouths and noses that form thick mulatto features, those feet backwards or to the right, where each nail is an emblem, a coat of arms ... country saddle chairs being worked like leaves, such as logs, even as balls rugby, breasts become eyes, countless insects, birds and animals that populate telluric days and tropical nights of Montilla, that in which there are plenty of kites and cojuelos devils, drums, gourds and congas, on the proposal of a visual and musical reality inherent in every island.

Because the world of Manuel Montilla is a world full of beautiful associations almost child concerning the valuation of their environment, morphing and enriched by the experience that living outside. Because that work Montilla populated cell tissues and human limbs, snails, plants and planets just suggested, involves marine vision of the island, an island that is the central body knotted as nucleating reason, but also spills to float an ocean that is indecipherable space ...

Dominican surreal virtuoso drawing as it touted its first conquests, paintings and drawings by Manuel Montilla form a whole body correlation allows us to speak of a coherent and mature work.

His handling of the volumetric and qualities of space, give permission to put his figures in balance so absurd and surprising, this game always displaying multiple designs with filling their universes wearing his figures with different skins. Arcos in tension, arrows, strings that are tails or tails, snake banding, hardness and softness, are detected in these excellent drawings of Montilla, as important as his paintings, and of course, generate different values.

Because after the ramblings and required scores after learning obsessive perfectionist and early, the results we presented this artist a few years ago a very young, correspond to the highest level of our current plastic.

MARIANNE DE TOLENTINO. - Member of the International Association of Art Critics and writer.

1988.- "Manuel Montilla."- Volunteer of the Royal Houses (House Bastidas). Santo Domingo (Dominican Republic).

Manuel Montilla, another sure thing is the quality of his painting and evolution. If we want to provide an example of cherence and unity on a painting career, quote without hesitation the name of Manuel Montilla. Since the first works "professionals", was present organic element, with the consequent fragmentation of the human anatomy. Painting and drawing also stood out by thorough execution, which formed the main structure by countless signs. Both features, the organic and detail have been preserved in a slow metamorphosis and progression also identifying pictorial personality.

Stealthy changes concerning the funds, or if you prefer to dwell upon general and why. Gradually Manuel Montilla, while his palette was developed as a language, not complementary, but essential for the dibujística reach its full resonance. The funds are now saturated color, smooth or subtle texturing enriched incorporating a light has been appearing deaf. The color range varies with great finesse, orchestrated by such delicate shades and deep. Seduce especially mixtures and modulations that culminate in dark purple, gray-green, reddish terracotta colors curiously oxides and minerals. Amerita painting seen as Manuel Montilla, as cosmetic in several aspects, approaches substances in the colorful land.

Indeed, through his paintings and motifs that populate, Manuel Montilla belongs to the space age. But that space exploration, creative fantasy and current issues of their original cultural roots, their intimate experiences and environment "post-industrial" around him in Europe. Figures fantastic, imaginary always melt zoomorphic and anthropomorphic allusions in artifacts from the future: ships, modules, satellites. SciFi Heroes still insects that become bristling with spikes or female creatures "pluricornias". They may be thus Barbarelas 2050, own a technological eroticism.

"The application and classification of a label are related to a system, and systems of representation and description are endless," says the philosopher of art, Nelson Goodman, who insists on the relativity of the similarities and the multiplicity of existing derivations. These approaches are reminiscent pictorial worlds Manuel Montilla and diversification of its forms of expression.

His signs, their identities are perceived enigmatic undoubtedly perceived at different levels, leading to the illusion that communicate, born behind the canvas, they will pierce it, and seize-more or less-of all the three-dimensional surface. However, the "label", identifying them apply, depend more on our representation of the real intentions of the artist. The present painting Manuel Montilla, exposed in House Bastidas, under the auspices of the Royal Houses Volunteer admits no rigid formulations, being wide, metamorphic and unusual. Apart from its pictorial properties intrinsic specificity is certainly another essential and fascinating

DIOGENES CESPEDES. - Essayist, literary critic, novelist and poet

1989. - "Manuel Montilla." - Volunteer of the Royal Houses (House Bastidas.) - Santo Domingo (Dominican Republic).

Manuel Montilla, believes in this regular exchange that is a show of each stage of his pictorial evolution that returns him to the society in which he formed. With this attitude, which is a give (to see) not only shares new techniques, but becomes more human being detached from selfish positions and vain superiorities with respect to their peers who have not been able to settle abroad or carve a science with patience.

The painting of Montilla is basically composed of a formal space populated with symbols with multiple valences. Space in which always appears an element, at most two or three, no more. It relates this formal space to the real. As a link element you can enter the code of works.

Linear significations mislead the naive viewer trying to identify symbolic objects with the artifacts of the present world. But it is nothing more than a link, a relationship with life.

All of his fabrics in this sample obey a rigorous technique: the work of different colors in order to achieve multiple nuances. With green tones the red vibrates (as in "Nativity of Yeray"), with dark tonalities evokes the mystery, the penumbras or the symbolization of the death, making appear that the objects are lost. However, they have a chromatic value ("Elements that relate to each other I and II", "Two sagas in equilibrium", and "Figure of baca con chichigua").

Some works in yellow ocher, whose technique is oriented towards tranquility, obey a deliberate purpose of applying composition and color theories so that all the elements of the painting are in balance ("Woman waiting", and "Elements that Float in space ").

With this technique, succinctly illustrated with these three different procedures, Montilla's painting system brings out the contradictions of the human being. It is a world of symbolic objects scattered throughout the surface. The space is totally populated. Before, that world remained inside the figure that symbolized the body. Introspection and mental effort invited the viewer to guess. Now he can attribute one or several meanings to that plurality of figures that leave the inside and are directed, from the human cavity, to life. Which is outside, as every field of Agramante

JAVIER RUBIO NOMBLOT.- The Point of the Arts - Madrid - May 29 to June 4, 1992.

1992.- "Origins" .- Gallery 37.- Madrid (Spain) and the Museum of Modern Art.- Santo Domingo (Dominican Republic).

At first glance suggests the work of Manuel Montilla (La Romana, Dominican Republic, 1948) a decidedly surrealist universe, or even an evolution of the magic realism of a Joan Ponç. But this world, that of Montilla, is much more obsessive, more terrible, it seems the result of a more modern investigation on the morphology of the nightmare, if not of the madness. In his prologue, Luis González Robles (a well-known connoisseur of contemporary Dominican art), Montilla "poses as a premise the reconstruction of the objective, as opposed to the degradation of light imposed by Impressionism and the pathetic rigor of what Expressionism entails." The more extensive series <Fragmentation of a Gaga> actually suggests a work of decomposition -recomposition, but this is a seemingly impossible reconstruction, as if what has been exploded can never again take a logical form (reminds us the childish frustration Before an unarmed toy). Order, in Manuel Montilla's paintings, is only a means of accentuating the complexity of the problem. The atmosphere in which these "Gagas" gravitate is always opaque, wrong: nails and cables emerge from it, sew it, solidify it, denying the impression of depth caused by other areas. But it is in the very form of the "objects" where the magic of this painting lies. The "soft forms" of Dalí and those of the painting made by schizophrenics has shown that there is a morphology of the unnatural that denies the development, always harmonious and logical, of everything created, Manuel Montilla places us before things that do not exist because his Geometric structure does not correspond to that of the things that surround us. The lines break suddenly, the forms close on themselves and the volumes contradict each other without losing their unsettling realism.

ABIL PERALTA AGÜERO.- Member of the International Association of Art Critics , curator , researcher and cultural advisor .

2014.- "Meeting with life ".- Center Mirador.- Santo Domingo (Dominican Republic).

Manuel Montilla is an artist to whom, the most rigorous establishment of the critic and the history of art and academics, both the country and Spain recognize him a sober and rational capacity and mastery of the technique for the expression and representation of his processes of Creation, which in the totality of his work corresponding to his moments of greater maturity acquires the category of art created, designed and produced under the highest standards of technical perfection, in terms of strictly plastic and aesthetic.

His presence of studies and residence for more than three decades in Spain has allowed him to deepen a creative framework that has made the psychological stages of his creative process a fixation point, attention and reflection on the most potentified meanings of his culture. Origin, of its root, of the powerful identitarian forces that nourish the canon of its visual memory; Of the most lively and luminous substances of the Antilleanism, the Caribbean, and, above all, of the cultural and ancestral identity that define dominicanidad.

A work so remarkably distanced from the common triviality / transience of the proposed aesthetic languages ​​and products as an offer and a trap for innovation in the tables of the visual arts show of our time, for which the Dominican author makes us know aloud That his art is neither an experiment nor an aesthetic act based on transitionality; Because their drawings and paintings are designed, designed and armed to coexist with the human being of this civilization until they fulfill their historical-dialectical cycle of becoming objects of anthropological, archaeological, historical and patrimonial conservation, because it is an aesthetic and artistically designed work , Not as a banal play of poor expression but as an alchemical action and mental-emotional act of a human being of this time who bet and worked seriously so that his art, presence and perpetual coexistence are part of the visual memory of humanity.

The work of Manuel Montilla for the extraordinary quality of his structure, technical resolution and intellectual rationality is positioned as among the pictorial and drawing discourses of a higher level of innovation in the coding of representationality, starting from the proposed aesthetic, historical, philosophical, Ideological and artistic of Surrealism of the twentieth century, extended to the manifestations still in force of the surrealism of the 21st century.

His art comes to us as the sensitive resonance of an authentic epigone of the highest estate of International Surrealism, in its particular case, associated with the Real Wonderful, a notional variant so feverishly and rationally defined by the founder of Surrealism, the Poet and French artist André Breton; However, I do not have a scientific basis for this hypothesis, but I acknowledge its connection with the complex magical nature of the iconographic repertoire given to us by Jeroen van Aeken, called Hieroymus Bosch, historically known as "El Bosco" (1450-1510). Theological-doctrinal platform against sin, in the interregnum of the fifteenth and sixteenth centuries, the first routes of what would be, centuries later, the revolutionary philosophical and aesthetic concept that I represent Surrealism.

We are facing the symbolic arsenal of a seer, a workshop man, a warrior of Templar discipline who has translated the rosary beads of his imagination into an act of liturgical seduction for the conquest of the gaze of souls and spirits in waking state By the art, putting special thematic emphasis in the universes of its culture of origin, in the image, figure and emotions of the woman and its correlative as emotional axis of the family; In the enigmicity of love and the states of interpersonal relations between man and woman; And in the human being as a theological and philosophical totality; In and immanence of the phenomenology that links us to the stages of life and death, including himself as the referential subject of his own work, as a creative artist and actor in his own scenes, all from The successive critical health and experiential states that he has had to live and suffer in recent years, including catastrophic states that have led him into the operating room for urgent invasive surgeries that have shocked his mental and emotional states, both in him and in his Family, although always, under the result of a remarkable strengthening of his vision and reflection on the true transcendence of life and death.

Valuing that Montilla has not needed to impregnate his work of theurgical states / to convert his art into sacred and devotional elements, to be felt in the history of national and international art because the patterns, subjects, elements and space atmosphere of his pictorial and Sacralizan in themselves, from the moment that reveals in their fabrics or paper gifts of their own life in the rhythm and movement that they possess, a stage protected by the very complex mystery of the beauty and interior peace that they project and possess, and from where the Author captures and shows the transcendence of being, what we perceptually see and feel in the configuration and delineation of the closed and open forms that project from the materiality of its mass, form, balance and color the integral nature of its art, each of Citizens who are born and never die in the visible republic of their paintings and drawings.

DELIA BLANCO- INTERNATIONAL CRITICAL OF ART AND LITERATURE, ANTHROPOLOGY

D.deliablanco [@] hoy.com.do July 23, 2016 -

MANUEL MONTILLA IN HIS VISUAL MAGIC

Manuel Montilla belongs to the solid generation of the 70, forged by a National School of Fine Arts in which the teaching was received with the push of teachers and teachers that forced the student to investigate and to obtain his best training and goblin.

First of all, the line and the geometric form of the master Montilla is a swarm of multiple codes and signs that make a silent and prudent background, concealed by the painter so that the seer of his work penetrates the depths of pictorial matter. If the center or the foreground of its painting focuses on a zoomorphic body evoking a manatee or a goat in gestation, that same mass can be transformed into an opulent and dancing woman wandering in the nocturnal parties of the cane fields, because the foot or the Which marks a bestial or human presence allows one to escape from all the peripheries of the form in a ritual in which the human being and the animal being are confused in a same celebration of magic and of life, that can be the anthropological space of the mills Of the cities of La Romana and San Pedro de Macorís. A celestial nocturnal harmony is made up of all the fetishes and amulets that dot the painting internally to strike a balance between technical discourse and poetic discourse.

Manuel Montilla works with acrylic to give a consistency of layers to his works that generate an effect of the most classic oils of the Renaissance. The pictorial work of this artist has the precision, detail and thoroughness of the alchemists. Like the Queen of the Honeycomb, the painter is a builder, a setter of a visual system in communication and permanent movement between the background and the foreground.

The details contained in the depths of the layers of painting are the scores of the central representation, a necklace, an amulet, a cross, a hygien, a control stick, a lost ribbon, fused in the matter offer their masses Dancing and floating the ritual of carnival, the Gagá, the Festival of Sticks, and the offerings of the high altar. This first impression confirms once again the nuances, allegories and visual convergences between the visual syncretism of Caribbean magic-religiosity and Western surrealism. The whole of Montilla's work moves and expresses itself in this open and fusional boundary. This artist belongs to a group of the generation of the 70 that emigrated to Europe, with a very confirmed visual maturity. Montilla left with his tropic and returned several times to the island with its colors and lights, enriched by his new visual experiences in Madrid, where he arrived and lived for about 30 years, acquiring a great command of his technique and his investigations In the Academy of San Fernando. There he practiced, experimented and found all the science of his treatment, the basis of his work and the language of its contrasts and lights.

The exhibition of a painting by Montilla has to be handled with the speech of natural light. From this contact is expressed its visual language that starts from the shadow and is gradually clarified until finding the sun. A green, blue or red background moved in different shifts of light can evidence a symbol and a code kept secret in the dark.

We are facing a rather disturbing visual situation, which brings us to think of the very closed night that contains in the dark the experiential elements of the day. This is how the work of Montilla works, invites you to remove from the dark all the details of the painting evolving and becoming evident through the movement of the sun. Montilla poses in his plastic execution the interpretation of the image with a figurative language in reality, and the interpreted achieved by the freedom of the imaginary when the vision becomes discursive semantics of what is seen and what is felt, because seeing is Also feel and think, because color causes an effect, a dynamic and an energy, and that is where the two imaginary, the artist and the public, communicate, unleashing a background of possible and multiple readings of the same work, provoking Astronomers, curiosities and shared or individual references.

The work of Montilla, was fertilized and strengthened in the departure of his country of origin towards new horizons, new lights and shadows. If in Spain he developed new pictorial investigations, with a serious practice and continuous work from the workshop, it is no less true that he took from his tropical land through memory, sleep, nostalgia and separation all the poetic essence of his Tropic hidden in the bottom of their fabrics.

The bill of this postmodern painter is surreal, but with an intense expression of the transcendence of reality on the feeling and the emotions.

This pictorial work leads us to think of so many concepts that are handled in a symbiosis of languages, which in turn filter without limits of definitions. In front of the work of this great artist, we feel invited to analyze his speech with the literary wisdom of a work by Alejo Carpentier, where above the human and historical reality of the Caribbean, the writer offers us all his imaginary virtues in art To write to get us out of reality and to penetrate the baroque, syncretic and wonderful vision of his world and, through this, to generate ours ... It is like leaving the social and historical reality to enter into the denouement of beauty , Of the aesthetic that makes art, that is, of the shared pixie. It is there that we enter into the depths of his surrealist muse, as well as in Magritte and "his apple", which was no longer the apple offered to the real space of his sight, as well as the pipe.

The works of Montilla, whose titles evoke Dominican cultural spaces, transform that social reality into allegories of codes and symbols, but also signs that become forms, colors, lines and masses that lead us to rediscover the origin in reality or in the dream.

The anthological exhibition that will present in the Gallery of the National Palace of Fine Arts, opening in the month of August, is a unique invitation to return to the allegorical and semantic force of the masters of the generation of the 70s, where he occupies a space exceptional.

This exhibition confirms an entire career in art, research and work, and offers the public and collectors the opportunity to think of the existential environment with the elf of an imaginary wrapped in the freedom of visual readings offered by the game of magical and surreal look, a look Loose and free, as a poetic song to the universe.